viernes, 18 de noviembre de 2011

Washington

General Estadounidense (1732-1799)

George Washington: Fue comandante en jefe del Ejército Continental durante la guerra de la Independencia estadounidense y más tarde primer presidente de Estados Unidos.
Washington nació el 22 de febrero de 1732 en el condado de Westmoreland, Virginia. Si bien no destacó por una sólida formación intelectual, pronto adquirió gran destreza como jinete y como participante en las actividades deportivas de la sociedad de plantadores de Virginia a la que pertenecía su familia. En 1749 fue nombrado inspector oficial del condado de Culpeper y durante los dos años siguientes realizó muchas inspecciones y estudios de terrenos de la frontera de Virginia. En 1753 fue elegido ayudante del distrito sur de Virginia con el grado de comandante.
PRIMERAS EXPERIENCIAS MILITARES. Washington participó en los acontecimientos previos al inicio de la Guerra Francesa e India. El vicegobernador de Virginia le eligió para comunicar a las fuerzas francesas el ultimátum para que éstas cesaran sus incursiones en el valle del río Ohio. Después de cumplir con éxito su misión, Washington (por entonces teniente coronel de la milicia), recibió órdenes de comandar una expedición para proteger a los trabajadores que estaban levantando un fuerte en los horcajos del río Ohio. Habiéndose enterado de que los franceses habían expulsado a los obreros y renombrado el lugar como Fort Duquesne, atrincheró a sus hombres en un campamento llamado Fort Necessity y esperó refuerzos. Un asalto francés le obligó a aceptar las condiciones de rendición y tuvo que marcharse con lo que quedaba de su compañía.
Washington renunció a su cargo en 1754, pero en mayo de 1755 se alistó voluntario para servir como ayuda de campo del general británico Edward Braddock. En agosto de 1755 fue elegido (con el grado de coronel) para comandar el regimiento de Virginia, cuyas fronteras defendió y mantuvo a salvo cuando se declaró la guerra entre Francia y Gran Bretaña.
LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESTADOUNIDENSE. Tras la muerte de su hermanastro mayor Lawrence, Washington heredó la plantación familiar de Mount Vernon. El espectacular aumento del precio del tabaco en las décadas de 1730 y 1740, junto con su matrimonio en 1759 con Martha Custis, una joven viuda propietaria de un gran terreno, le convirtieron en uno de los hombres más ricos de Virginia. Elegido miembro de la cámara baja de Virginia en 1758, donde prestó servicios durante 17 años, también ejerció como juez de paz del condado de Fairfax.
Al igual que otros plantadores de Virginia, Washington se alarmó por las medidas tomadas por la Corona y el Parlamento británicos para gravar con impuestos a las colonias en la década de 1760 y principios de la de 1770. En julio de 1774 presidió una reunión en Alexandria que adoptó las 'Resoluciones Fairfax', por las que se establecía un severo bloqueo a las importaciones británicas. Su firmeza en este sentido motivó su elección como delegado por Virginia en el primer y segundo Congresos Continentales.
Las primeras campañas de la guerra Cuando estalló el conflicto entre Massachusetts y Gran Bretaña en 1775, el Congreso nombró a Washington comandante en jefe del recién creado Ejército Continental, esperando con ello atraer a Virginia a la lucha iniciada por Nueva Inglaterra contra Gran Bretaña. Tras expulsar a los británicos de Boston, avanzó hacia Nueva York, donde fue derrotado en agosto de 1776 por el general William Howe.
Aunque desmoralizado por la facilidad con que Howe había tomado Nueva York y el norte de Nueva Jersey, Washington cruzó el río Delaware en la noche del 25 de diciembre de 1776 y tomó Trenton. El 3 de enero de 1777 derrotó a las tropas británicas en la batalla de Princeton.
Washington trató infructuosamente de bloquear el avance de Howe hacia Filadelfia en la batalla de Brandywine Creek en septiembre. Tras la ocupación británica de la ciudad, libró un nuevo combate en Germantown, pero la superioridad británica le obligó a retirarse. Junto a sus hombres pasó el invierno siguiente en Valley Forge, al oeste de Filadelfia.
En junio de 1778, después que Francia entrara en la guerra, aliada a las colonias, el nuevo comandante británico, sir Henry Clinton, evacuó Filadelfia y marchó por tierra hacia Nueva York. Washington le atacó en Monmouth (Nueva Jersey), pero su ataque volvió a ser repelido.
Victoria Washington pasó los dos años siguientes con su ejército acampado en un largo semicírculo alrededor de Nueva York. La llegada en 1780 de tropas francesas al mando del conde de Rochambeau aumentó sus defensas, pero el débil gobierno de Estados Unidos estaba a punto de desmoronarse, por lo que era preciso conseguir una victoria rápida.
Washington y Rochambeau desplazaron 7.000 hombres, desde el estado de Nueva York hasta Virginia en menos de cinco semanas. Posteriormente mandó aviso al marqués de La Fayette, que comandaba las tropas estadounidenses en Virginia, para que evitara que el comandante británico lord Cornwallis abandonara su base de operaciones en Yorktown. A finales de septiembre, el ejército conjunto franco-norteamericano se unió a La Fayette, y 36 barcos franceses se desplegaron sobre la costa para impedir que Yorktown recibiera ayuda por mar. Washington obligó a Cornwallis a rendirse en octubre tras un breve asedio. Aunque la paz y el reconocimiento británico de la independencia estadounidense aún tardarían dos años en llegar, Yorktown fue la batalla decisiva de la guerra.
Washington como estratega militar La contribución de Washington a la victoria de las colonias frente a Gran Bretaña fue decisiva, tanto desde el punto de vista estratégico y militar, superando en el campo de batalla a un ejército profesional, como desde un aspecto político, al convertir al Ejército Continental en elemento de cohesión para la nueva nación, ante la fragilidad de un reciente gobierno.
LIDERAZGO POLÍTICO. En una de sus últimas acciones como jefe militar, Washington emitió una circular a los estados suplicándoles que formaran un gobierno nacional fuerte. En 1783 regresó a Mount Vernon para dedicarse de lleno a su plantación. El motín de Shay, una revuelta armada que tuvo lugar en Massachusetts (1786-1787) provocada por la crisis económica, convenció a muchos estadounidenses de la necesidad de contar con un gobierno más fuerte. Washington y otros nacionalistas de Virginia fueron los encargados de organizar la Convención Constitucional de 1787, con ese fin. Elegido como delegado por la Asamblea General de Virginia, fue nombrado presidente de la Convención. La asistencia de Washington a la Convención Constitucional y su apoyo a la ratificación de la Constitución tuvieron una importancia crítica para las convenciones estatales de 1787 y 1788 y convirtieron a Washington en el principal candidato para la presidencia de Estados Unidos.
Su primer gobierno Elegido presidente en 1788 y nuevamente en 1792, Washington presidió la formación y operaciones iniciales del nuevo gobierno. Su estricta dignidad y sentido de la decencia frenaron el partidismo que caracterizaría las administraciones de sus tres sucesores: John Adams, Thomas Jefferson y James Madison. Asimismo, tomó varias decisiones que tuvieron vital importancia a largo plazo. Instituyó el gabinete, a pesar de que la Constitución no contemplaba la formación de dicho cuerpo y actuó de forma independiente del Congreso, evitando así el desarrollo de facciones. Con el nombramiento de Alexander Hamilton como secretario del Tesoro (ministro de Hacienda) y Thomas Jefferson como secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores), puso a las dos figuras más capacitadas y relevantes de la generación revolucionaria en los puestos de mayor responsabilidad. Washington apoyó las innovaciones en política fiscal propuestas por Hamilton: deuda nacional consolidada, creación del Banco de Estados Unidos, asunción de las deudas de los estados e impuestos sobre el consumo, con lo cual el gobierno federal afirmaba su poder para recaudar impuestos y derechos de importación lo bastante altos como para pagar los intereses de la creciente deuda nacional. Igualmente, permitió a Jefferson llevar a cabo una política favorecedora del comercio y la cooperación con todos los estados europeos. Washington no fue capaz de prever que al final las políticas de Hamilton y Jefferson eran incompatibles. El plan de Hamilton de ampliar la deuda nacional para ofrecer buenos beneficios a los inversores dependía del comercio intensivo con Gran Bretaña que generaría ingresos por importación que servirían para pagar la deuda. Este planteamiento suponía interferir en política exterior, hasta el punto de que Hamilton informó en secreto a los británicos.
Su segundo gobierno El estallido de la guerra entre la Francia revolucionaria y la coalición integrada por Gran Bretaña, Prusia y Austria en 1793 puso en peligro la política exterior estadounidense y cortó el plan de Hamilton. Cuando el enviado francés Edmond Gênet llegó a Charleston en abril de 1793 y empezó a reclutar corsarios y a prometer ayudas a los especuladores de tierras que solicitaban la ayuda francesa para expulsar a España de la costa del golfo de México, Washington insistió, soslayando las reservas de Jefferson, en que Estados Unidos declarara su neutralidad en la guerra entre Francia y Gran Bretaña. Las inclinaciones antifrancesas de Washington, unidas a la actitud agresiva del nuevo régimen francés hacia Estados Unidos, sirvieron para que triunfara la política de Hamilton, formalizada en el Tratado de Jay de 1795, que solventó las diferencias más importantes existentes entre Estados Unidos y Gran Bretaña.
El tratado, del que muchos estadounidenses pensaban que hacía demasiadas concesiones a los británicos, levantó ásperas controversias. El Senado lo ratificó, pero los oponentes de la Cámara de Representantes intentaron bloquear las apropiaciones para crear una maquinaria reguladora. Washington puso en duda la corrección de la Cámara por manipular el tratado y logró finalmente su ejecución. En su discurso de despedida que marcó el fin de su presidencia, pidió a Estados Unidos que evitara las alianzas poco claras y el rencor partidista.Tras abandonar el cargo en 1797 se retiró a Mount Vernon, donde murió el 14 de diciembre de 1799.

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